EL GRAN MOLINE

sábado, 30 de julio de 2011

Barack Obama, presidente de Estados Unidos.

30 Julio 2011, 11:38 AM
EU agoniza por intransigencia
Se derrumban las esperanzas de recuperación económica ante la disputa insensata entre republicanos y demócratas; el plazo definitivo vence el martes
Escrito por: Estela S. Mazo
Nueva York.   La economía de Estados Unidos está en carne viva. Las esperanzas de recuperación que animaron al país durante el año pasado se han derrumbado ante el bloqueo fiscal entre republicanos y demócratas, que ha puesto el remate a la crisis de desconfianza que atormenta a la economía europea. A todo el planeta. Es normal que los departamentos de estadística norteamericanos lancen profundas revisiones de los datos de PIB según van pasando los meses.
Pero lo de ayer fue demasiado. Se escapó de cualquier tónica tradicional: el Departamento de Comercio anunció que el PIB del primer trimestre, en vez de crecer un 1,9% –cifra que los analistas ya vieron desastrosa–, el ritmo fue del 0,4%. Es decir, casi cinco veces menos de lo que se había estimado antes. Hay que remontarse hasta principios de 2009 –justo cuando el país salió de la recesión– para encontrar registros más negativos.
Hay más. Y peor. Lejos de animar la confianza, de abril a julio la economía defraudó todas las expectativas para conformarse con un avance del 1,3%, muy lejos, lejísimos, del 1,8% que había previsto el consenso del mercado, que ahora teme los efectos de las revisiones en estas cifras.
El anuncio no tardó en tumbar a los mercados –Wall Street abrió con una caída de más del 1%–, en desplomar al dólar, en llevar el oro a máximos y en alterar las ganancias del Tesoro. Todo ello en un contexto en el que el parqué ya está en alerta máxima ante el bloqueo del acuerdo que debe elevar el techo de deuda antes del 2 de agosto, un “circo político” que ya ha dañado a la economía, como admite la propia Casa Blanca.
Sin excusas
Para rematar el ahogo de la economía, las estadísticas muestran que ya no hay excusas que valgan. Ni los altos precios de la gasolina –que están hundiendo el gasto de los consumidores, el pivote de EEUU– ni la crisis tras el tsunami de Japón, que aún atiza a la cadena de suministros de las empresas (especialmente en la automoción) y frena las ventas minoristas. Mucho antes de aquello, el PIB ya había empezado a languidecer, como muestra que el registro del cuatro trimestre de 2010 también haya sido rebajado: frente al 3,1% original, se calcula un 2,3%.
¿Y para el futuro? Con esta revelación, las previsiones quedaron al instante caducas, pues de poco sirve que la gasolina haya abandonado sus máximos históricos o que se vaya volviendo a la normalidad en Japón. Las cifras muestran que la crisis de EEUU, amenazada por el temor a una doble recesión, es mucho más profunda de lo que se había pensado. Los propios consumidores dictaron ayer el menor dato de confianza desde marzo de 2009, según la Universidad de Michigan.
Son ellos los que tienen la llave, pues, no en vano, representan tres cuartas partes del producto interior bruto del país. Son los responsables de que se revisen a la baja todas estas cifras.
Un solo dato lo diría todo: en segundo trimestre, el consumo privado tan sólo se elevó una décima, el peor registro desde que terminó la recesión hace dos años y lejos del 2,1% de los ya deprimidos tres primeros meses de 2011. En eso, y en una tasa de paro del 9,2%, se apoyan quienes temen nuevas y grandes revisiones. EEUU debería crecer cerca de un 2,5% para olvidar esos registros de desempleo.
Caída récord de la popularidad de Obama
Ya no es que el reloj juegue en contra. Es que, directamente, la cuenta atrás está aplastando a EEUU. O se llega a un acuerdo antes del 2 de agosto que eleve el techo de deuda o comenzarán los impagos, lo que puede recortar el ráting del país, en una privilegiada triple A desde la Primera Guerra Mundial. Pese a la dureza de la situación, y a pesar del desplome de los mercados, el Congreso no logra ponerse de acuerdo. Obama volvía a urgir ayer a alcanzar un “compromiso bipartidista”. Buenas palabras que no salvan las diferencias y que esconden detrás el peor de los datos: el índice de aprobación de la gestión del presidente ha caído al 40% en los últimos dos días. Todo un mínimo histórico, según publicaba ayer Gallup.
Obama exhorta los legisladores llegar a acuerdo
Para evitar cese de pagos en EU
WASHINGTON. AP. El presidente Barack Obama exhortó el sábado a los legisladores demócratas y republicanos a alcanzar pronto un acuerdo para evitar que el gobierno deje de pagarle a los veteranos de guerra, los afiliados al Seguro Social y otros. "Queda muy poco tiempo", advirtió el mandatario durante su discurso semanal por radio e internet, e hizo énfasis en que las diferencias entre los dos partidos en torno a la deuda no son tan grandes.
La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, aprobó el viernes una legislación para evitar el impago de la deuda del gobierno.
La votación fue de 218-210, con la mayoría de los republicanos sufragando a favor y los demócratas en contra.
El proyecto de ley combina un incremento inmediato de 900.000 millones de dólares a la capacidad del gobierno para endeudarse, necesario para que pueda seguir pagando sus obligaciones, con un recorte de 917.000 millones al gasto federal.
Pero los demócratas se oponen rotundamente a una cláusula que requiere al Congreso aprobar una enmienda constitucional para un presupuesto equilibrado, así como enviarla a los estados para su ratificación antes que se conceda cualquier aumento adicional en la capacidad gubernamental para pedir préstamos.
¿Qué pasará si EU dejara de pagar su deuda?
 Economistas analizan las consecuencias en caso de que Estados Unidos no pueda pagar sus compromisos internacionales
Javier Lewkowicz
BUENOS AIRES  (Página 12). -El acuerdo político para ampliar el límite al endeudamiento de los Estados Unidos y evitar una cesación de pagos se demora en Washington, mientras que el próximo martes vence el plazo para que el gobierno de Barack Obama arribe a una solución.
La mayoría de los analistas afirma que difícilmente la situación llegue a un extremo de default generalizado y que en cambio existen mecanismos para, en caso de no arribar a un acuerdo político, pagar los vencimientos igualmente, o si no acotar la difusión de la cesación de pagos.
Aunque el dólar y los bonos estadounidenses no tienen un reemplazante natural y la arquitectura financiera global no cambie sustancialmente a mediano plazo, una suerte de default podría aumentar sensiblemente la incertidumbre global, desmejorar la situación de los países europeos más débiles y provocar movimientos abruptos de capitales con consecuencias sobre los países emergentes.
Argentina no depende del financiamiento internacional, por lo que el impacto por esa vía no sería significativo, pero la difusa situación global podría frenar decisiones de inversión, a la vez que un menor crecimiento económico mundial impactaría sobre las exportaciones.
La situación política en Estados Unidos se centra en la disputa sobre quién está dispuesto a pagar el costo político de obstruir la salida al cuello de botella financiero.
La situación ayer se agravó aún más por el rechazo por parte del Senado del texto aprobado en la Cámara de Representantes (ver aparte).
La deuda estadounidense se encuentra en el límite de los 14,3 billones de dólares, y aunque el Congreso ha incrementado la autorización para endeudarse muchas veces en las últimas décadas, en esta oportunidad la oposición al gobierno de Obama insiste en vincular esa medida con drásticos cortes en los gastos que reduzcan el déficit fiscal y debiliten mucho al gobierno de cara a las elecciones del año que viene.
Roberto Frenkel, prestigioso economista del Cedes, indicó a este diario que “algunos especialistas en Estados Unidos sostienen que el gobierno podría llegar a volver a emitir deuda sin el acuerdo político, aludiendo a razones de Estado. Eso podría acarrear demandas, pero se podría saltear la necesidad coyuntural.
Además, la fecha del 2 de agosto la puso el propio gobierno, porque el techo se alcanzó en mayo y se sostuvo con otras fuentes de financiamiento”.
Existe un debate entre especialistas en Estados Unidos sobre si el próximo martes es el límite real o si en cambio Obama podría seguir posponiendo la situación dos semanas más.
Los que sostienen la segunda opción resaltan que el mercado descuenta esta situación, por eso no habría habido fuertes cambios de cartera en los últimos días.
“De todas formas, si llega a haber una demora en algún pago y le bajan la categoría a la deuda no creo que vaya a tener impacto. Buena parte de los bancos centrales concentran las tenencias de los bonos y nadie se movió a pesar de esta incertidumbre.
Es que no hay sustituto, y sobre eso parece haber consenso en el mercado, todos están quietos. Además, el default no es tan mecánico, tiene que haber una demanda judicial y lleva un tiempo.
 Todos entienden que no sería un default como el de Grecia, en Estados Unidos no hay un problema de sostenibilidad y el dólar denomina el 80% de los contratos, no puede haber corrida”, completó Frenkel.
Para Enrique Aschieri, economista de la Sociedad Internacional para el Desarrollo, “en la medida en que no hay reemplazo del dólar, un hipotético default no debilita el rol mundial de Estados Unidos a corto y mediano plazo.
Sin embargo, la liquidez mundial depende del déficit comercial norteamericano, que a su vez es función del déficit fiscal.
Entonces, si este último tiene un límite, el comercio mundial podría entorpecerse mucho por la falta de dólares.
De esa forma podría llegar el impacto a la Argentina. A corto plazo las Bolsas se podrían desplomar y eso tendría impacto en el crecimiento económico mundial”.
el nacional

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